Inevitablemente
aquel día iba a llegar. Nadie lo quería, muchos se lo esperaban: el rugby del
Quillá había dejado de existir. Tantos logros, tantos campeonatos, tantos
jugadores… Ya no quedaba nada.
Aquella
relación ‘por conveniencia’ entre el Club Náutico El Quilla y el rugby ya no
daba para más. Era solo una cuestión de tiempo para que, tantos roces y
diferencias, desemboquen en aquel lamentable final. Asamblea extraordinaria y
fin de la historia. Salida ‘poco elegante’ para un deporte que había
representado de la mejor manera a la institución.
Bronca,
enojo, resentimiento, desazón, dolor. Sentimientos que afloraron en todos los
que habían formado parte del rugby del Quilla; entre los que habían formado el
rugby del Quillá.
Un
tiempo antes de que se oficializara la disolución del rugby, algunos ya veían
que no tenían demasiado futuro dentro del CNQ. Por tal motivo fueron alejándose
del club, buscando nuevas instituciones para continuar haciendo lo que más les
gustaba. Universitario, CRAI, La Salle y un incipiente SFRC, entre otros,
fueron las nuevas casas para varios de los jugadores que estaban a punto de
quedarse sin club.
Con una
gran cantidad de inconvenientes propios de la situación que vivía, el Quillá logró
terminar su última temporada con dos victorias, ubicándose en el cuarto lugar
de la tabla de posiciones debajo de Santa Fe Rugby Club, Universitario y
C.R.A.I.
La
última presentación del Náutico El Quilla en un campeonato oficial de la USR
fue en cancha de La Salle. Aquel partido, frente al Círculo Rafaelino de Rugby
(CRaR), correspondía a la última fecha del torneo inicial de rugby que quedaría
en manos de S.F.R.C. El encuentro finalizó 24 a 23 a favor del Quilla. Una
manera decorosa de finalizar la historia.
Cinco
empates y siete derrotas decretaron la campaña final de un equipo que, luego de
30 años de grandes logros, ya no volvería a competir. Al menos eso se creía…
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